PRESENTACIÓN EXPOSICIÓN  

“EL PAISAJE COMO VIVENCIA”

GALERÍA MARCS, BADALONA, Diciembre 2021-Enero 2022



PINTAR EL PAISAJE AL AIRE LIBRE 

por Teresa-Sala (Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona)


Durante los últimos seis años, Victoria Tèbar ha plantado el caballete en diferentes lugares de los Valles d'Àneu para pintar la naturaleza contemplada.


A lo largo del proceso creativo, ha sabido escoger los rincones que le han permitido observar con detenimiento, y perseguir, con los cambios de la luz natural, la captura del instante. En las diferentes campañas efectuadas, ha ido captando aquellos momentos especiales e irrepetibles que, a partir del punto de vista adoptado, han ido tomando forma en las composiciones. Pretendiendo abarcar el espíritu del lugar con el contacto directo, ha perseguido la belleza pirenaica con una interpretación propia.


En sus cuadros, podemos decir que otorga una experiencia vivida y nos la sabe comunicar, invitándonos a recorrer con su mirada, la maravilla manifestada de la creación. En definitiva, aprende y sorprende con cada obra por la sutileza poética de su manera de ver y de sentir la fuerza del paisaje.


El Plenairismo de Tébar es, sin duda, un arte de paisajes donde los colores verdes y los azules entonan una sinfonía que emerge de la tierra. Las montañas, los árboles, los tejados, los resplandores y las nubes son los protagonistas. De manera que, bañadas en aire, sus composiciones nos acercan o bien nos alejan del espacio y nos hacen partícipes de la energía que fluye y fructifica. Así, podemos reseguir el trazo y la línea, la mancha y la textura de sus visiones panorámicas por los pueblos, los prados o los parajes recorridos.

Ella no pinta flores, por su efímera existencia, ni animales que revolotean, como mariposas o insectos. Tampoco retrata personas generalmente, aunque la presencia humana se adivine en los edificios de las aldeas o en los campanarios de las iglesias. Por otro lado, los bodegones son también paisajes de objetos que, bajo la denominación de naturaleza muerta, denotan una sensibilidad especial por trasladar al lienzo todo aquello que nos rodea.


Abarcando caracteres diversos en cuanto a fisonomía y luz, los paisajes pintados por Victoria son una delicia cromática. Acarician nuestros ojos y nos sumergen en todos los colores del verde del Pallars Sobirá, así como de otros lugares que nos resultan sugestivos estética y energéticamente.